Postura prudente ante la nueva política arancelaria de Trump en Estados Unidos

Los fabricantes de maquinaria agrícola de nuestro territorio están realizando un gran esfuerzo de adaptación ante el actual escenario internacional, marcado por el endurecimiento de la política arancelaria de los Estados Unidos. Esta nueva situación, derivada de las decisiones comerciales tomadas por la administración Trump, ha generado una notable incertidumbre entre las empresas del sector, especialmente aquellas con presencia en el mercado norteamericano.

En este contexto, las empresas leridanas han optado por adoptar una actitud prudente y replantear sus estrategias comerciales. Tal como ha explicado Marc Gili, presidente de la Asociación Territorial de la Industria y Comercio de Maquinaria Agrícola (Apricma), en declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias (ACN), la reacción no ha sido uniforme, ya que el impacto varía según el grado de dependencia que cada empresa tiene del mercado estadounidense. Aunque para muchas compañías el peso de este mercado dentro del conjunto de sus exportaciones no es significativo, las consecuencias indirectas de este nuevo escenario podrían tener un alcance más amplio.

Un ejemplo claro es el de la empresa Arcusin, con sede en Vila-sana, que ha decidido suspender temporalmente sus exportaciones a Estados Unidos, mercado que hasta ahora representaba cerca del 50% de su producción. Esta decisión refleja la complejidad que implica operar en un entorno tan inestable y refuerza la necesidad de buscar nuevos destinos comerciales.

Los fabricantes no solo están congelando sus proyectos de expansión en Estados Unidos, sino que también están activando planes para diversificar mercados y reforzar su presencia en otras áreas geográficas, tanto dentro como fuera de la Unión Europea.

Este replanteamiento estratégico es imprescindible para mantener la competitividad internacional del sector y garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo. No obstante, también es importante tener en cuenta el impacto que estas tensiones comerciales pueden tener sobre el precio de las materias primas y componentes, lo que podría derivar en un encarecimiento global de los productos acabados.